Lourdes y Pedro, los padres de Teresa, me encargaron, como ya hicieron con sus otros hijos, un recordatorio persoalizado para su Primera Comunión. Ellos ya saben bien cómo va esto: me mandaron fotos de Teresa vestida como iría en día tan señalado, peinada con su recogido de trenza, su flor blanca en el pelo y sus gustos: querían un modelo de catálogo (niña de la orla), que abarata el precio de la ilustración ya que se invierten menos horas.
En lugar del pajarito preferían que apareciera una estatua de la Virgen María. Así que ¡dicho y hecho! La preciosa Teresa, vestida de túnica, con su cruz y su flor blanca, rezando a la Virgen María. Un recordatorio personalizado, al gusto de sus padres y de Teresa (que es la principal en toda esta historia). Todos encantados y yo muy contenta de haber contribuido a la felicidad de un día tan bonito ¿A que te gusta?